Resumen: "Capitalismo y libertad", de Milton Friedman (1962)
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Razones para comentar este libro:
Milton Friedman trabajó en los años 60 y 70 en la teoría de la oferta y del monetarismo, la base en la que se apuntala todo el sistema económico actual llamado neoliberalismo. Identifica libertad con libre mercado autorregulado. Es bueno conocer sus opiniones y argumentos porque hoy en día son los imperantes, nos guste o no.
Resumen y comentarios por E.V.Pita (2014), licenciado en Derecho y Sociología.
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Sociología, sistemas económicos, estructura económica, economía política
Título: Capitalismo y libertad
Título original: "Capitalism and Freedom"
Fecha de publicación: 1962
Editorial en inglés: University of Chicago
Editorial en español: 1966, Ediciones Rialp
ÍNDICE
1. La relación entre libertad económica y libertad política
2. La función del Estado en una sociedad libre
- El Estado, como hacedor de reglas y como árbitro
- Acción estatal justificada por el monopolio técnico y por los efectos de la vecindad
- Acción estatal con funcionamiento paternalista
- Conclusiones
3. El control monetario
- Un patrón-mercancía
- Una autoridad monetaria discrecional
- Reglas en lugar de autoridades
4. Organización de las finanzas y el comercio internacionales
- La importancia de la organización monetaria internacional para la libertad económica
- La función del oro en el sistema monetario de los Estados Unidos
- Pagos corrientes y la salida de capitales
- Diversos mecanismos para conseguir el equilibrio de los pagos exteriores
- Los tipos de cambio fluctuantes, como solución en un mercado libre
- Medidas de política económica necesarias para tener un mercado libre de oro y divisas
- Eliminación de las restricciones sobre el comercio en los Estados Unidos
5. Política fiscal
6. La función del Estado en la educación
- Educación general del ciudadano
- La enseñanza al nivel universitario
- Enseñanza profesional y técnica
7. Capitalismo y discriminación
- Legislación sobre las prácticas de empleo justo
- Legislación sobre el derecho al trabajo
- La responsabilidad social de la empresa y del trabajo
8. El monopolio y la responsabilidad social de la empresa y del trabajo
- La extensión del monopolio
- Las fuentes del monopolio
- La política estatal adecuada
- La responsabilidad social de la empresa y del trabajo
9. El sistema de licencias profesionales
- Ubicuidad de las restricciones estatales en cuanto a las actividades económicas a las que puede dedicarse el individuo
- Cuestiones de política económica que origina el sistema de licencias
- Licencias médicas
10. La distribución de la renta
- La ética de la distribución
- La función instrumental de la distribución de acuerdo con la producción
- La realidad de la distribución de la renta
- La política seguida para alterar la distribución de la renta
11. Medidas de bienestar social
- Medidas varias del bienestar
- El seguro de vejez y de sobrevivientes
12. El alivio de la pobreza
- Liberalismo e igualitarismo
13. Conclusión
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Comentarios: Milton Friedman fue uno de los adalides del neoliberalismo, en la creencia de que la desregulación mejoría la economía.
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RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Friedman empieza su libro con una alusión a la frase del presidente Kennedy (que gobernaba Estados Unidos cuando escribió el libro): "Pregúntate, no qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país". Friedman replica que de ser así el Estado sería paternalista y el ciudadano se convertiría en un súbdito dependiente del Estado. [Nota del lector: es exactamente lo mismo que dijo Hayek en su libro de 1944 sobre la Economía planificada y el Estado de Bienestar]. Friedman insiste en que la libertad "es una planta rara" en la Historia y que su mayor enemigo es la concentración de poder. Recuerda que la esfera del Estado ha de ser limitada (dedicarse a proteger la libertad, la ley y el orden, preservar los contratos privados y fomentar los mercados competitivos; el sector privado ha de controlar al Estado y proteger las libertades de palabra, religión y pensamiento) y que el poder del Estado debe estar disperso (divisiones subprovinciales, provinciales, etc.. que permitan al ciudadano mudarse si no está contento con cómo se gobierna allí).
Friedman ataca el poder centralizado aunque se justifique para hacer transferencias de ingresos del rico al pobre o de fines privados a estatales. Pero el poder también puede perjudicar a los hombres de buena voluntad.
Cree que hay que limitar y descentralizar el poder del Estado para preservar la libertad y por razones constructivas ya que el Estado no puede igualar nunca la variedad y diversidad de la acción individual. Aunque dote de mejores viviendas a los ciudadanos con niveles uniformes, o mejores escuelas, o carreteras lo que hará será sustituir el progreso por el estancamiento y sustituiría la variedad por la mediocridad.
Sostiene que el capitalismo competitivo (empresa privada operando en libre mercado) es la condición necesaria para la libertad política. Considera que su pensamiento debe etiquetarse como liberalismo (que se refiere exclusivamente a la búsqueda de libertad con un gobierno descentralizado y no se debe confundir con la búsqueda de bienestar e igualdad a través del paternalismo e intervencionismo estatal con un gobierno centralizado).
Friedman diferencia entre el liberalismo del siglo XIX (el de la libertad), ahora etiquetado como "conservadurismo", aunque él dice que en aquella época, los liberales eran radicales. Él usa la palabra liberal en el sentido original: la de hombre libre. Solo estaría dispuesto a preservar las intervenciones estatales que han favorecido a la gente pero no las que han interferido en su libertad.
CAPÍTULO 1
Friedman dice que la función que tiene la desigualdad al crear focos independientes de poder para compensar la centralización del poder político, así como el papel que juega en el fomento de la libertad civil al crear patrocinadores que financien la experimentación y el desarrollo de productos nuevos - para comprar automóviles y televisores experimentales, o pintura expresionista-. Permite que la distribución tenga lugar en forma impersonal, sin necesidad de "autoridad" (no hay coacción).
Insiste en que la sustitución de la cooperación por la obligación altera la cuantía de recursos disponibles.
Paso a resumir el capítulo 10, que puede ser el de mayor interés en el siglo XXI.
CAPÍTULO 10 - DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA
El autor se pregunta si existe alguna justificación para que el Estado intervenga en el fomento de la igualdad y cuáles han sido los efectos de las medidas que se tomaron en ese sentido.
La ética de la distribución
Hay un principio ético en la sociedad libre de mercado que dice: "A cada uno, según lo que él y los instrumentos que él posee producen". Matiza que la distribución final de la renta y la riqueza aplicando plenamente este principio dependerá mucho de las reglas de propiedad que se adopten.
Hay otro principio, el de igualdad de tratamiento, que no es contradictorio con el primero.
Propone asignar al Estado una lista de funciones concretas.
Friedman sostiene que la desigualdad económica proviene de varios sitios:
1) Una procede de que algunos obreros prefieren tomar el sol en sus horas de ocio y otros trabajar más y duro y cobrar más, del mismo modo que están mejor pagados quienes hacen trabajos muy duros. [nota del lector: elegir trabajo o trabajar más horas quizás fuese posible en 1960 en la época del pleno empleo pero ahora, en el 2014, hay una tasa natural de desempleo que roza el 10 %].
2) Otra se origina en el funcionamiento del mercado y que es necesaria para satisfacer los gustos del i individuo. Pone como ejemplo, que la lotería genera desigualdades entre el ganador y el resto. Pero hay más loterías a la hora de buscar empleo, como la chica que busca suerte como actriz de Hollywood en vez de estudiar unas oposiciones a funcionaria o el magnate que invierte en acciones de uranio y no en las seguras Obligaciones del Estado. Si las aspirantes a actrices les disgustase la incertidumbre podrían crear una cooperativa que les asegure un salario mínimo.
Equipara esto con la forma de interpretar las medidas estatales para la redistribución de la renta mediante impuestos progresivos y medidas similares.
3) Dice que mucha gente insiste en que lo esencial es que se distinga entre desigualdad en dotes personales y en propiedad, o entre riqueza heredada y adquirida. Se considera más aceptable la riqueza acumulada por el individuo que la heredada. Pero Friedman ve esta distinción insostenible.
Comenta el caso de un padre que tiene tres hijos: a uno le paga los estudios para agente de Bolsa (la riqueza le llega por sus dotes humanas), a otro le monta un negocio (la riqueza viene por los beneficios) y al tercero le crea un fondo de valores que le rinde una renta (riqueza heredada). Se pregunta qué hubiera pasado si el padre hubiese dilapidado toda su fortuna sin dar nada a sus hijos.
Pone como ejemplo a cuatro robinsones aislados en cuatro islas vecinas. Uno vive sin esfuerzo en una isla grande y fértil. Los otros viven en islas áridas. Friedman dice que lo lógico es que el rico les invitase al resto a su isla pero, en caso de no hacerlo, los otros no podrían obligarle a compartir su riqueza. La solución a este dilema lo pone con un segundo ejemplo: cuatro amigos van por la calle y uno encuentra un billete de 20 dólares. Sería generoso que les invitase a los otros a una copa pero si no lo hace, estarían los demás legitimados a obligarle a repartir el dinero. Y se pregunta: "¿Todo aquel que tiene más dinero que el promedio debe repartirlo?". Dice que eso, si se generalizase, haría imposible la existencia del mundo civilizado.
Insiste en que la mayoría de las diferencias de nivel, posición, riqueza, pueden considerarse en algún punto lejano, como debidas a la suerte. Añade que el hombre "trabajador y ahorrador" se merece su fortuna pero "esas cualidades genéticas se las debe a la suerte de haberlas heredado". Dice que la mayoría acepta con más facilidad la riqueza que llega por suerte que por mérito, porque la segunda implica que alguien ha juzgado al candidato para subirle el sueldo, por ejemplo.
Luego, añade que en una sociedad de mercado, la función operativa del pago de acuerdo con la producción no es distributiva sino asignativa. Recuerda que el principio central de la economía de mercado es la cooperación mediante el intercambio voluntario.
El pago se debe realizar de acuerdo con la producción para que los recursos se usen de la forma más eficaz. Es una justicia distributiva. Añade que la sustitución de la cooperación por la obligación altera la cuantía de recursos disponibles.
Hace una crítica a la plusvalía de Marx, que dice que el trabajador solo obtiene una parte del producto que produce, a lo que Milton replica que ese argumento carece de validez porque hay otras formas de repartir la ganancia, por ejemplo, dándole a cada trabajador según su capacidad o su necesidad.
Pide que no se interprete mal el hecho de que un sistema capitalista que implique el pago de acuerdo con lo producido pueda estar caracterizado, "y en la práctica lo está", por una "considerable desigualdad de renta y de riqueza". Niega que el capitalismo y la libre empresa produzcan una mayor desigualdad que los sistemas alternativos. Atribuye el "engaño" a las cifras que se publican sobre la distribución de la renta y porque hay que distinguir entre "corto y largo plazo".
Sostiene que la renta actual se obtiene principalmente de los servicios prestados y no del capital (como en los años 60 ocurría en "países subdesarrollados como India, Egipto", cuya renta procedía de la propiedad principalmente). Dice que en Estados Unidos pasa lo mismo, una quinta parte es renta de la propiedad [nota: ojo, Piketty, dice que en los años 60 era superior al 25%, en torno al 35%].
Añade que el gran éxito del capitalismo no ha sido la acumulación de propiedad sino las oportunidades que ofrece a hombres y mujeres para ampliar, desarrollar y mejorar sus capacidades.
También quiere desmontar otra "idea popular" sobre el capitalismo, de que el capitalismo conduce a una menor desigualdad que otros sistemas y que el capitalismo ha disminuido mucho el grado de desigualdad. Asegura que lo que sí es cierto es que hay menos desigualdad en el nivel de vida entre las élites y la población en los países capitalistas que en los regímenes soviéticos o de castas. En los últimos cien años, dice Friedman, el capitalismo ha liberado a las masas del trabajo agotador y ha puesto a su disposición productos que eran exclusivos de las clases altas. Añade que la reducción de hijos en las familias también ha elevado las rentas.
Distingue dos clases de desigualdad de distribución de la renta: las diferencias temporales y a la largo plazo. Sostiene que una sociedad estática implica desigualdad [Nota del lector: exactamente, lo mismo que predice Piketty en 2013 para el futuro de Occidente] mientras que el capitalismo es dinámico, que genera movilidad social.
Luego habla de los métodos de los gobiernos para alterar la distribución de la renta: los impuestos progresivos sobre la renta y sobre la herencia. Opina que las medidas tuvieron un efecto "pequeño pero no insignificante" pero introdujeron unas desigualdades esencialmente arbitrarias entre personas que están en la misma categoría de renta.
Dice que los tipos impositivos progresivos no han dado resultado porque los salarios más gravados se han elevado y han fomentado la evasión de impuestos (las salidas de escape de la ley como el porcentaje de depreciación, la exención de los ingresos de bonos provinciales y municipales, etc...) El efecto es que los tipos reales aplicables sean menores que los nominales y la incidencia del impuesto sea caprichosa y desigual. Asegura que la evasión fiscal es la que genera las desigualdades y cree que hubiera sido mejor introducir una escala de tipos nominales más bajos y usar una base más completa mediante una imposición más igualada de todas las fuentes de ingresos.
En definitiva, sostiene que el impuesto sobre la renta personal tuvo un impacto arbitrario y una eficacia limitada en cuanto a reducir la desigualdad.
Además, dice que estos impuestos gravan más el hacerse rico que el hecho de ser rico. Son muy eficaces en impedir la acumulación de riqueza pues reduce el nivel de consumo. El dinero se va a actividades arriesgadas de alto rendimiento.
Dice que como liberal le resulta difícil comprender la justificación del impuesto progresivo cuando su único propósito es la redistribución de la renta. Es usar la fuerza para quitarles a unos y darles a otros.
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